11 DE SEPTIEMBRE - BLOQUE 1

En la reunión del pasado 4 de Septiembre de 2008 que tuvimos en la Escuela de Música se me comunicó que no continuaría siendo Director de la Escuela Municipal de Música y que no continuaría siendo profesor de Saxofón y Clarinete, pasando a formar parte a partir de ese momento del nuevo Equipo Directivo y desempeñando labores de Profesor de Contrabajo.

Ya dije en esa reunión que el mayor perjudicado de todos los profesores, con respecto a toda esta nueva situación, era yo. Y me perjudica gravemente porque implicaría una reducción muy considerable de horas de trabajo en comparación con las que he estado dedicándole a la Escuela de Música durante muchísimos años. Estoy seguro que el Alcalde y la Concejala de Cultura no tienen en cuenta este detalle o se les ha pasado por alto, porque de lo contrario no lo permitirían, ya que se nos dijo que las horas de trabajo de todos los profesores no iban a sufrir una variación verdaderamente importante. Por supuesto, no es solamente una apreciación mía sino que además es compartida por la mayoría de los profesores de la Escuela de Música. Además, me han dejado exactamente los cargos que ellos saben muy bien que no voy a aceptar, por las razones que voy a explicar dentro de unos instantes. Por si fuera poco, ya he comentado en varias ocasiones que al principio del verano recibí una llamada anónima comunicándome, entre otras cosas, que una serie de profesores estaban haciendo lo posible para echarme de la Escuela. Por lo tanto, en cuanto renuncie a los cargos que se me ofrecen, habrían conseguido finalmente su objetivo. Aunque se pueda decir que nunca fuera esa la intención, desde el primer momento las maniobras que se han realizado apuntan a todo lo contrario. Sé que todo esto puede parecer absurdo. Pero si se me presta la debida atención a todo lo que voy a exponer, las conclusiones serán más bien diferentes.

En primer lugar, no acepto el cargo de Profesor de Contrabajo de la Escuela, como ya he comentado en múltiples y reiteradas ocasiones a los Profesores de la Escuela – y esto no es ninguna novedad - y lo vuelvo a repetir una y otra vez: PORQUE NO ES UN ASUNTO PRIORITARIO PARA LA ESCUELA DE MÚSICA OFERTAR CLASES DE CONTRABAJO. El argumento que se suele dar es que: como yo soy Profesor Superior de Contrabajo, pues se podrían dar clases de esta materia. Pero me parece que esto no constituye ninguna justificación para que se impartan clases de Contrabajo. Antes que las clases de Contrabajo, hay que ofertar y consolidar las clases de Viola y Violonchelo. Si el objetivo es el de crear una orquesta en un futuro próximo, hay que tener primero Violines, después Violas y Violonchelos, y en último lugar Contrabajos. Por lo que no concibo de ninguna manera empezar la casa por el tejado. Parece mentira que a estas alturas de la historia todavía haya personas que piensen que yo estoy en la Escuela por mi interés personal. Desde luego, las clases de Violín, si bien la demanda es ahora importante, todavía no está plenamente consolidada. Recordemos que hace apenas unos años, después de una temporada en la que había un grupo de violines bastante considerable, hubo un año en que no se pudo impartir clases de violín porque no había ni un solo alumno matriculado. Después se tuvo que empezar nuevamente de cero. La demanda de Viola y Violonchelo está todavía por ver. Y en cuanto a Contrabajo, en este momento, al parecer hay un solo alumno. Menuda demanda. Luego está el hecho de que hay que comprar un Contrabajo para la Escuela, lo cual supone un gasto considerable. Y con la cantidad de instrumentos que son aún más prioritarios… No. Realmente, las clases de Contrabajo no son ninguna prioridad para la Escuela. Esto ya lo sabían ellos. Y me ofrecen exactamente lo que sabían que yo iba a rechazar.

En segundo lugar, no acepto estar en el nuevo equipo Directivo por incompatibilidad de criterios con algunos profesores de la Escuela de Música. Este punto es muy fácil de comprender. Ofrezcámosle a Jose lo que con toda seguridad no va a aceptar puesto que nuestras diferencias son claramente irreconciliables. Pues menuda situación nos esperaría si yo aceptara.