ESCUELA SE ESCRIBE SIN H - BLOQUE 10

En otro momento, uno de mis alumnos me enseña una partitura manuscrita que estaba ensayando con la Banda Juvenil y me pregunta que si esa partitura era mía, pues había reconocido mi letra. Efectivamente, le confirmo que esa partitura (se trataba del villancico: ARRE BORRIQUITO) era una adaptación que yo había hecho para mis alumnos y para la Banda de la Escuela de Música. Imagínense mi sorpresa. Cogen una adaptación mía sin consulta de ningún tipo y la interpretan en la Audición de Navidad. Si al menos hubieran tenido la gentileza de comunicar, aunque hubiera sido a los propios músicos, que estaban tocando una adaptación mía, quizá tampoco le hubiera dado mayor importancia. Hubiera sido otra ocasión más para ir limando asperezas y reticencias que todavía pudiera haber. Por supuesto, ni una palabra. Y no solamente eso, sino que unos meses más tarde me quitarían 100 euros de mi sueldo. Ellos lo justifican diciendo que era porque no había ido a las reuniones. También habría que precisar que, por lo menos, no he faltado ni un solo día a clase, no como otros que sí lo han hecho. Y también habría que precisar todo el trabajo que he realizado y que otros ni siquiera se dan por enterados. Más importante que dejarse la piel ante la nota más insignificante (que lo es, y mucho, sin duda alguna) es dejarse la piel ante las personas, dedicándoles en clase toda tu atención, desde el primer hasta el último segundo. Y no solamente en clase. También fuera de ella, preocupándote de prepararles diversos materiales: partituras, documentos, grabaciones, vídeos... que están orientados para una mejor preparación musical. A mí se me podrá reprochar muchas cosas, pero que tenga que haber faltado a alguna reunión o a alguna audición, después de tantos años en los que he estado el primero en todas las reuniones y en todas las audiciones, eso no se lo puedo permitir (y perdónenme que me exprese con este tono) a nadie.