11 DE SEPTIEMBRE - BLOQUE 6

Con respecto a la Banda Juvenil, de la que ya he hablado anteriormente, mi postura está clara. No es una prioridad para la Escuela. Ese dinero que se está dedicando a la Banda Juvenil se tiene que dedicar a otras cosas, que sí son más prioritarias. Y si fuera una demanda de los alumnos o de los padres, o de quien sea, estamos anteponiendo otros intereses que no son los estrictamente académicos. Si tuviera que autorizar a un músico para que tocara en la Banda lo haría cuando hubiera terminado 4º Curso o cuando esté verdaderamente preparado, que es exactamente lo que se me “exigió” que hiciera en los últimos años que estuve como Director en la Banda. Precisamente para que los alumnos tengan tiempo de formarse lo mejor posible. Y simplemente, por no pensar como piensan otros, me dicen que estoy haciendo la puñeta a la Banda, cuando mi único objetivo es que lleguen allí en las mejores condiciones. Mis proyectos e iniciativas no se ven fuera porque están dentro. Estoy formando a todos mis alumnos lo mejor que sé y lo mejor que puedo, con más ilusión y entrega de lo que quizá nadie se pueda imaginar. Hay alumnos que les gusta más, otros que les gusta menos. A todos les he proporcionado un disco con 78 horas de música lo más variado posible. A aquellos que se involucran más les proporciono además documentos realmente interesantes y que les pueden ayudar enormemente. Les proporciono DVD’s especialmente preparados para ellos para que puedan, no solamente oír música, sino también para que puedan verla y disfrutarla todavía más. De esta manera tienen la oportunidad de ver a músicos estudiantes, pero también a grandes profesionales. También pueden contrastar los diferentes niveles de ejecución e interpretación. Y hasta incluso pueden ampliar horizontes y eliminar muchísimos prejuicios musicales y culturales. Durante este curso he repartido un total de 232 DVD’s para mis alumnos. Y durante este verano les he repartido un total de 22 libros, porque no hemos perdido totalmente el contacto desde que terminó el curso. Aquellos que creen que en el verano yo no hago nada (que suelen ser los mismos que no querían tocar en los Conciertos de Verano e incluso en la Navidad, por no hablar de otras épocas del año) no saben ni lo que están diciendo. Otra cosa que no se entiende es que, cuando tienes alumnos que ya van tocando medianamente bien y que van progresando adecuadamente, no puedes mostrarlos en público tan abiertamente como tú quisieras (lo mínimo que realizamos en la actualidad son 2 audiciones al año - Navidad y Fin de Curso - y 1 audición donde muestran sus dotes individuales en la Escuela de Música) porque en cuanto te descuidas (y esto está pasando prácticamente desde el principio) los estás viendo metidos en las charangas. Las charangas funcionan así: En cuanto ven que hay algún músico que ya puede ir tocando, en la mayoría de los casos ya les están comiendo el coco. Está claro que cuando sean mayores harán lo que les plazca. Pero lo mínimo que podemos hacer ahora desde la Escuela es formarlos lo mejor que podamos y que luego puedan decidir libremente. Y estoy seguro que con una buena formación, cuando salgan de la Escuela de Música, tendrán muchísimo mejor criterio para poder decidir lo que va a ser mejor para ellos, que si lo hicieran antes de tiempo. Lo normal es que, con una buena formación, en vez de tocar en una charanga, se vayan a tocar a la Banda de Música. Pero estoy seguro que, hasta con una buena formación, si eligieran finalmente tocar en una charanga, son ellos los únicos que podrían verdaderamente regenerarla desde dentro, que es uno de los retos que también me he marcado. Me critican porque al no ser Profesor de Clarinete mis alumnos no pueden tener una buena base. ¿Y qué base han tenido aquellos alumnos de Trompeta y Percusión, que habiendo estudiado en la Escuela de Música y habiendo llegado incluso a estudiar en el Conservatorio, son capaces de dejarse todavía el Conservatorio, dejarse la Banda de Música, para luego acabar en una charanga? Tanto esfuerzo para acabar finalmente tocando, si no el Tractor Amarillo, cualquier otra cosa parecida. Para esto no es necesaria la Escuela de Música. Que las charangas contraten a los profesores que necesiten y ya está. Mucha gente podrá pensar que si Víctor hizo muy bien en subirse el sueldo, que si estaba en su derecho. Pero yo no pienso así. Lo he demostrado en los Pekes, en los Curros, en la Escuela de Música y en la Banda, y en casi todas las actividades que he emprendido durante toda mi carrera musical. Siempre he tenido ese defecto: pensar más en los demás que en mí mismo. Sé que para muchos eso es un error. Pero no para mí. Y como es algo de lo que estoy plenamente convencido no quiero pensar de otra manera, en la medida de lo posible, o al menos no me gustaría llegar a pensar de otra manera. Quizá la persona que haya influido más en este aspecto haya sido mi padre. Gracias a él, sin ser músico, se fundó el Festival de Bandas de Música. Gracias a él, corriendo con sus propios gastos, hacía las gestiones pertinentes para que viniese la Banda de allí, la de allá y la de más allá… Y cogía el coche para ir a Murcia o donde hiciera falta a pedir subvenciones para uno y otro concierto. Y con los Pekes igual. Y lo hacía simplemente porque le gustaba, aunque no sacara realmente nada especial por ello. Por eso, a nadie le debería sorprender que cuando grabamos el disco, tuviera que realizar yo 7 viajes a Lorca, ida y vuelta, quedándome varios días enteros para dejar terminada la grabación en el estudio. Ni siquiera en esas circunstancias presenté ningún tipo de factura para los gastos de viaje y comida que hubiera tenido, y mucho menos para que me pagaran las horas extras que tuve que realizar al margen de mi labor en la Banda de Música. Pero son tantas las cosas que podría enumerar en este sentido que, no solo me sentiría incómodo, sino que me daría hasta vergüenza tener que ponerlas aquí por escrito, y preferiría estar haciendo cosas mucho más importantes que tener que estar dando tantas explicaciones.