Además de no contar conmigo sobre lo que se pretendía hacer con respecto a estos temas: Dirección de la Escuela, Clases de Clarinete, Saxofón, Contrabajo y Orquesta; fueron extendiendo los rumores durante el verano y, probablemente mucho antes. Eso explica la llamada anónima que recibí. De todos modos, ellos tenían que quedar bien. Y me llamaron por teléfono (al móvil). Viendo que no lo cogía (sin informarse por qué) ellos ya tenían las espaldas cubiertas. Lo hemos llamado, no contesta, no le interesa. ¿Qué necesidad tenemos de llamar a su casa? En otras circunstancias, antes de tomar una decisión precipitada como la de creer que ya no me interesaba estar en la Escuela de Música, se hubieran asegurado poniéndose en contacto conmigo de cualquier otra manera. Pero como ellos ya habían conseguido lo que buscaban, ya no necesitaban hacerlo. Pero no imaginaban que yo pudiera intentar recuperar de alguna manera lo que me habían arrebatado. Con el Documento 11 DE SEPTIEMBRE pude conseguir de alguna forma (no sé cómo se tomó en realidad la decisión) que me dejaran las clases de Saxofón. Pero estoy seguro que fue más por puro compromiso, más que por otra cosa. Porque había que quedar bien ante la gente. Y es que era una situación un tanto embarazosa: Por una parte, ellos extendiendo el rumor de que no iba a volver. Y yo por otra parte, intentando recuperar mi sitio. Algo había que hacer. Y por eso me dejaron las clases de Saxofón. Para el Ayuntamiento, el asunto estaba en un principio cerrado. Parecía una solución razonable y satisfactoria para todos. Pero al Equipo Directivo no le debió de gustar del todo la idea, por las malas formas en las que procedieron a la semana siguiente (Ver los detalles en el Documento 2 DE OCTUBRE). Tenían que hacer algo para que yo me echara todavía atrás y, desde luego, casi lo consiguen. Con la perspectiva del tiempo, todo esto lo veo todavía más claro, puesto que así mismo han actuado en muchas ocasiones durante el mismo curso.