ESCUELA SE ESCRIBE SIN H - BLOQUE 19

Cuando una persona decide que da por terminada una etapa en su vida está actuando libremente. Nadie le obliga ni nadie puede decir nada al respecto. Por ejemplo: En el año 1997 decidí libremente que ya era hora de irme de la Orquesta de Jóvenes porque ya llevaba muchos años (1986 - 1997) y porque quería empezar una nueva etapa haciendo otras cosas diferentes. Me fui sin ningún problema. Y nadie se enfadó conmigo porque yo me fuera, ya que era bastante normal que todos los años hubiera siempre alguna baja, por muy diferentes razones, en los componentes de la Orquesta. Se podría haber dado el caso de que la situación en la Orquesta no fuera muy agradable, que no me gustara lo que estaba sucediendo y que para estar a disgusto y con tantos problemas prefería irme. Pero no era el caso. En definitiva, nadie me reprochó en la Orquesta que los dejase colgados, tirados y todas esas tonterías que se suelen decir cuando a uno le conviene. Al contrario, me dieron las gracias por todos los años que estuve tocando en la Orquesta y por todo lo que pude aportar.

Es posible que haya gente que no sepa lo que la Escuela de Música ha significado para mí. Es posible que no sepan que la Escuela de Música se había convertido casi en una segunda casa, impartiendo clases 5 días a la semana y dedicándole mucho tiempo, muchísimo más de lo que verdaderamente me correspondía. Exactamente igual que lo hacía en Los Pekes, en Los Curros y en la Banda de la Escuela. Dedicándole muchísimo tiempo y entregándome en cuerpo y alma a todas estas actividades musicales. Sin embargo, pese a mi dedicación casi absoluta, debieron de pasar cosas bastante graves para que yo tuviera que dejar y me tuviera que ir de Los Pekes, Los Curros y de La Banda de la Escuela. Desde la perspectiva del tiempo, no me cabe ninguna duda de que tomé la decisión más acertada, lo cual no quiere decir que no las eche de menos. Pero mis etapas en Los Pekes, en Los Curros y en La Banda, no las concluí de la misma manera que mi etapa en La Orquesta de Jóvenes, si no que me sentí forzado y empujado a hacerlo por múltiples circunstancias. Y esas mismas cosas que ocurrieron entonces, o al menos, las consecuencias de todo aquello, siguen vigentes todavía en la actualidad. Porque en vez de asumir la parte de culpa y la parte de responsabilidad que nos toca a cada uno de nosotros, en vez de asumir los errores que todos podemos cometer, muchos siguen empeñados en eludir demasiado fácilmente esa responsabilidad y cargarla con el que, quizá, menos culpa pueda tener.