Es significativo que te echen en cara a estas alturas de la película, que yo dejé colgada a la Banda. Y que digan que, cuando le pidieron a Víctor que dirigiera la Banda, a éste le cogiera de sorpresa. He explicado varias veces (aunque ya veo que nunca serán suficientes) que la decisión de “dejar” la Banda la tomé a principios de Octubre de 2005, concretamente el 7 de Octubre, después de la procesión de las Fiestas de Bullas. Así se lo comuniqué al Alcalde y al Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Bullas, a la semana siguiente. Esta decisión me la tuve que guardar hasta Enero de 2006, precisamente para no alterar el calendario de actuaciones y para no perjudicar a la Banda por los compromisos que teníamos pendientes en aquellas fechas: Festival de Bandas de Bullas, Festival de Bandas en Pilar de Horadada, Santa Cecilia, Presentación del CD y el Concierto de Navidad. Incluso, tuve que hacer un gran esfuerzo para no irme después del Festival de Pilar de la Horadada. Pero la responsabilidad era mucho más fuerte que todo lo demás. También creí que no era una buena idea comunicar esta decisión justo antes de las Navidades, sabiendo que el CD se iba a poner a la venta en los próximos días y no quería crear ninguna situación anómala que pudiera afectar de alguna manera a su venta. Y también, porque tampoco tenía muchas ganas de “amargar” las Navidades a nadie. Una vez que pasaron las Navidades, comuniqué la decisión un poco después de la vuelta de las vacaciones, a sabiendas que en aquel momento no había ningún compromiso con la Banda (por lo menos, hasta la Semana Santa) y que había tiempo suficiente para buscar un nuevo director. Por lo tanto, aquí hay alguien que no está diciendo la verdad. Y tras la crisis que tuvimos en el año 2003, en la que estuve a punto de dejar también la Banda, ésta se puso en contacto con Víctor para que la dirigiera, en el hipotético caso de que yo la hubiera dejado en aquel año. Y eso lo sé porque el propio Víctor me lo dijo entonces. Por lo tanto, eso de que le pillara de sorpresa en el 2006, tampoco cuela... Como dice la canción: “Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas”. Aunque no me extrañaría que a alguien se le ocurriera sustituir una palabra de esta misma frase, a falta de otros argumentos, para decir que el mentiroso soy yo. Decía Antonio Machado que: “En este país, de diez cabezas: nueve embisten y una piensa”. Si nos dejamos influir por personas que están en este primer grupo, entonces está claro que tenemos exactamente lo que nos merecemos.