ESCUELA SE ESCRIBE SIN H - BLOQUE 9

En los primeros días me enteré que 2 de los 9 alumnos que tenía asignados, se habían pasado a dar clases con el otro Profesor de Saxofón. Hablé con las madres y me dijeron que les habían dicho que probablemente Jose no iba a venir más a la Escuela. ¡Tanto estarían deseando que no me presentara aquella tarde! Más adelante, me enteré de que algunos de mis alumnos (no puedo confirmar que fueran todos) estaban recibiendo también algunas clases del otro Profesor de Saxofón. En este punto quiero hacer unas cuantas matizaciones. Como ya expliqué muy ampliamente en los documentos que presenté el año pasado, concretamente en los del 11 DE SEPTIEMBRE y 2 DE OCTUBRE, y también en el documento titulado SOLO PARA CLARINETE que realicé en 2006, acerca de las necesidades que tenía la Escuela de Música, el hecho de poner un Profesor de Clarinete e incluso uno de Saxofón no eran las prioridades más urgentes que la Escuela tenía que resolver. Y desgraciadamente, siguen sin resolver. Pero ya que hay actualmente un especialista mejor cualificado, eso no quiere decir que yo vaya a poner ningún reparo en que mis alumnos puedan dar clases con otro profesor. Al contrario, todo lo que sea en beneficio de los alumnos y que ya esté en nuestra mano, bienvenido sea. Pero tampoco creo yo que hubiera habido ningún problema si los alumnos del otro profesor hubieran impartido algunas clases conmigo. Tampoco creo que, después de todo, lo hiciera tan mal. Y más cuando la mayoría habían estado el curso anterior conmigo. En aquel momento, cualquier solución (aunque hubiera sido simplemente provisional) que pudiera crear un clima de mayor confianza, hubiera sido positivo en estas circunstancias. En aquel momento, cualquier gesto en esa dirección demostraría, al menos, que no se había actuado, después de todo, con tan mala fe. Por supuesto, ni una palabra al respecto. Tampoco era de extrañar. Por lo menos, un gesto así podría justificar debidamente el hecho de que me pagaran el doble de las horas que me correspondía, es decir, de las que me habían dejado. A mí no me convence el argumento de que era solamente para paliar la pérdida de horas que tenía con respecto al curso anterior. ¿Y con pagarme 12 horas se podía paliar las que había perdido desde el curso pasado? ¡Pero si de las 24 horas semanales que yo tenía el curso pasado me habían dejado solamente 6 horas! Y si hubiera impartido clases de Contrabajo, hubiera tenido todavía menos. ¿Es que acaso me estaban pagando de más, simplemente, para contentarme? ¿O adivino otras intenciones? Pues me parece entonces que se han equivocado conmigo. Porque yo no acostumbro a trabajar menos de lo que me corresponde realmente. En todo caso, tengo el defecto de hacer justo lo contrario. ¿Qué problema hubiera habido de poder impartir más clases de las que me habían dejado, aunque sólo fuera para completar las 12 horas por las que se me había contratado? Ya sé que otros hubieran trabajado 6 aunque les pagaran 12, y que no les hubiera importado en absoluto si alguien se lo hubiera echado en cara más adelante. Pero a mí, qué quieren que les diga, no me van en absoluto todos estos chanchullos (otro defecto que tengo) y lo que hice en todo caso fue impartir clases a cada uno de mis alumnos durante un tiempo mayor de lo que realmente les correspondía. Aunque a decir verdad, esto no es ninguna novedad. Porque sin estar en estas condiciones, en mayor o menor medida, casi siempre he procedido de la misma manera.