11 DE SEPTIEMBRE - BLOQUE 9

A todos aquellos que creen que yo he fracasado y que no tengo ningún proyecto, qué poco me conocen y qué equivocados que están. La Escuela de Música está básicamente para enseñar, la Banda de Música está básicamente para tocar. Y la Asociación de la Escuela de Música se creó en su momento (porque ya no existe, se la cargaron) para emprender proyectos en relación con la Escuela de Música, los cuales nunca llegaron a cuajar, con la excepción de la Banda. Si en el verano no hay muchas actuaciones musicales habría que informarse de los antecedentes. Porque mientras he estado con la Banda de la Escuela no he dejado de ensayar y de realizar conciertos prácticamente en ninguna época del año. Pero Bullas es un pueblo muy difícil en el ámbito musical. Ya lo he comentado en muchas ocasiones. Además de enseñar música, que sepan solfeo y que toquen un instrumento, paralelamente tienes que enseñar a los alumnos a que escuchen música y que tengan una cierta curiosidad por las obras musicales, puesto que tarde o temprano, tendrán que tocarlas en una Banda, en una Orquesta o en cualquier otra formación musical, y tienen que estar familiarizados con los diferentes tipos de repertorio. A no ser que la única razón por la que se apunten a la Escuela de Música sea para tocar el “Tírate de la moto” o “El caballo camina p’alante, el caballo camina p’atrás”, o para tocar los mismos pasodobles y las mismas marchas de siempre, porque en ese caso no tendría sentido el escuchar diferentes tipos de música, al igual que tampoco tendría mucho sentido la existencia de una Escuela de Música. Los alumnos, al no conocer más que lo que ven a su alrededor, van formándose sus propios “prejuicios”. Por ejemplo: Cuando yo puse por primera vez “PAQUITO CHOCOLATERO” para que lo tocara la Banda de Música, por poco casi me inflan a palos: “Es que esto es indigno para tocarlo con una Banda de Música. Es que esto es para las charangas.” Y perlas en ese sentido… Claro, en definitiva era lo que habían visto durante toda su vida. Pero cuando te informas debidamente y escuchas por ejemplo como suena esa pieza con la Banda Sinfónica Municipal de Madrid dirigida por Enrique García Asensio, acabas descubriendo que no es como tú te creías ni como te habían dicho. Me costó muchísimo trabajo convencer a los músicos de que esa pieza es una obra para Banda de Música (aunque la hubieran escuchado con un organillo, con una trompeta y con una cabra detrás), aunque dudo de que lo haya conseguido del todo. Otro ejemplo muy ilustrativo es “EL SITIO DE ZARAGOZA”. ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta obra? Una obra musical que durante muchísimo tiempo ha sido una de las más emblemáticas para cualquier Banda de Música y que, hoy en día, todavía lo sigue siendo. Pues bien. Cuando yo puse esta obra en los atriles, no había ni un solo músico que la conociera. En todo caso, había uno que le sonaba el nombre y algún fragmento de la misma. Y eso que esta pieza tiene un lenguaje muy asequible, muy pegadizo. Es decir, que no se exige para nada ningún esfuerzo especial a la hora de escucharla. Pero otras obras como LA DOLOROSA, que aunque son obras también muy pegadizas, si uno no está acostumbrado a este tipo de música, va a ser muy difícil comprenderla y mucho más difícil todavía que llegue a gustarte alguna vez. Mi experiencia es que con este tipo de obras hay más gente que disfruta escuchándola que tocándola. Porque la mayoría que escuchan, aunque no toquen, van sin demasiados prejuicios, y los que tocan, como apenas escuchan música, no llegan a comprender ni siquiera lo que están tocando. Cuando compuse una obra musical titulada “SEMANA SANTA EN BULLAS”, en vez de que te den una oportunidad para que la puedas presentar debidamente, en vez de que te animen, que te feliciten, aunque luego no tenga el éxito que tú esperabas, lo único que hacen es darte una patada en el culo y que esto lo toque tu p. m. Luego te enteras que en un pueblo de Barcelona - Premià de Mar - la han tocado varias veces y que les ha gustado, incluso me han enviado algún programa de mano, de algún concierto donde la han interpretado, y alguna grabación de la misma. He realizado algunas obras musicales como: BULLAS EN FIESTAS, EL CRISTO DEL CARRASCALEJO, DE BULLAS A LA COPA, LA TORRE DEL RELOJ… ¡Y con qué entusiasmo son recibidas aquí en Bullas…! Hago una adaptación de una obra compuesta por un músico mayor que se llama LA ALEGRÍA DE LOS LINGOS, una obra compuesta por un músico que nunca ha tenido la oportunidad de estudiar música. Y aunque toca de oído, la música forma parte de su vida. A una persona como esa, ¿No es para que la gente se anime y se vuelque enteramente en el homenaje que se le hizo? Si hubiera podido depender de mí, esa obra nunca se hubiera dejado de tocar, por lo menos, aquí en Bullas. Primero, por el respeto que se merece esa persona. Y segundo, porque esa persona ha demostrado tener más sensibilidad musical que todas las demás juntas, las cuales fueron las únicas responsables de que nunca más se volviera a tocar dicha pieza. Termino este apartado con unas palabras que pertenecen a un artículo que redacté con el objetivo de explicar mi obra: “BULLAS EN FIESTAS”, y con las que me siento plenamente identificado, puesto que resumen de alguna manera algo de mi forma de ser, de sentir y de lo que representa para mí la música en mi vida: “La riqueza cultural de un pueblo no se mide sólo por lo que éste ya tiene, sino por lo que éste está dispuesto a añadir. Yo, por mi parte, he puesto todos mis conocimientos musicales y todo el cariño del mundo en hacer una obra musical enteramente original basándome en la canción más típica de mi pueblo y eso es para mí un orgullo, porque creo que de esta manera contribuyo a enriquecer la cultura de nuestro pueblo”.